lunes, 27 de agosto de 2007

MIEDOS TENGO


TELEVISIO-O-O-O-O-O-O-O-O-O-ÓN...
(El lector debe pronunciar la “o” con un semitono ascendente, cada vez)

OLER LO HUERO



Miedos tengo, como cualquier mortal
No de corazón ajeno ni de su envidia
No de perder aliento ni espíritu ni voz
Tengo miedo del vidrio y del ojo azul
de los príncipes
De lo que se escucha tras naciones anegadas de coca, krack y heroína
Temo, cuando fragua la defensa y su ironía
La mente insípida del político
Pánicos siento
No del fantasma ni del misterio artificial del celuloide
No del terremoto ni de la capa reducida del ozono
No del maremoto ni de la bomba anciana de Hiroshima
Sino de todo aquel que me mira presionado por la ira del terror
Del que reza por su ego con erudición bíblica
Del que teje sus venganzas sobre el hambre del pendejo
Y del que bebe la sangre de niños explosivos
Que jamás aprendieron a vivir.

Pero de ti, muerte
Que eres un proceso, que eres natural
Que vienes pegada a cada paso de lo que vive
No puedo sino cifrar esperanza
De que tarde o temprano
Mi paciencia muera
Para derrumbar cristales ansiosos que dilapidan sin piedad
Y para que crezcan cerros de dudas
Como verdades heridas
Para no dejar que el automatismo
De las indetenibles máquinas
Aniquile mis manos ni engañe mis sueños
Con espejismos de libertad.


Agosto, 23 de 2005.

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